Gloriana
Estaba feliz. Tan sumamente feliz. Había tenido una noche apasionada con mi esposo y compañero, y había obtenido el resultado que deseaba. No es que me hubiera molestado no quedar embarazada. El acto de intentarlo es muy divertido después de todo, así que no hay problema en intentarlo una y otra vez. Y aunque ahora estaba embarazada, no había ninguna regla que dijera que no podíamos estar juntos hasta después de que naciera el bebé. La práctica hace al maestro, como dicen, así que deberíamos practicar una y otra vez para asegurarnos de poder tener más hijos en el futuro, si alguna vez decidimos hacerlo, claro está.
Pasé ese primer día entero en los brazos de Trevor. Nos habíamos duchado y hecho el amor nuevamente, pero esa fue la última vez por el día. Después de la ducha, nos masajeamos y acariciamos mutuamente, pero no hicimos el amor. Simplemente necesitábamos tocarnos.
