—Espera un minuto, Odín, ¿los has llamado aquí porque van a ser ellos quienes tengan esta habilidad? ¿De eso se trata todo esto? —Sentí que mis ojos estaban tan abiertos como platos. Empezaba a ver realmente a qué se refería. Y en el proceso, en la cima de mi conmoción, tuve que luchar contra las ganas de dejar caer la mandíbula.
—Sí, Trinidad, esa es exactamente la razón por la que estoy aquí. Verás, Reece adquirió esa habilidad porque estaba muy cerca de ti, una Diosa. Bueno, en ese momento solo eras una Diosa Encarnada, pero aún estabas conectada al Reino Celestial.
—¿Entonces fui yo la que hizo eso por él? —Incliné mi cabeza confundida. No lo había transformado yo, eso había sido todo él y solo él.