—¡Pondré fin a todo esto! ¡A todos ustedes! —Orson volvió a gritar, su voz llena de una nota que nunca antes había oído. Era difícil precisar qué era, pero la única palabra que me venía a la mente era locura. Era como el sonido de la pura locura, si es que eso era posible—. ¡Se los mostraré a todos! ¡Le mostraré al mundo entero! ¡Este es mi planeta! ¡Mi mundo! ¡Mi lugar para gobernar! ¡Y señorearé sobre toda la raza humana!
La fantasía delirante solo empeoraba por momentos. No sabía cómo más decirlo. Sentía que estaba viendo a este hombre alejándose más y más de la luz de la verdad, más lejos de la cordura y todo lo que implicaba. Era como si estuviera viéndolo volverse loco rápidamente ante mis ojos.