—Me llevaron fuera de la habitación en la que mi Pequeño Conejito y yo habíamos estado durante la última semana —una enfermera me estaba llevando a otra parte de la planta de parto y nacimiento a la que nunca había ido. Era un lugar con lavabos para lavarse y ropa de paciente para cambiarse.
—Aquí, señor Gray, necesito que se lave las manos y los brazos hasta los codos a fondo. Luego póngase esto —dejó un par de batas blancas que esperaba que me quedaran bien—. Se ponen encima de su ropa. Estos botines van sobre sus zapatos. Y por favor, colóquese esto sobre su pelo. Cuando termine, se lavará las manos una vez más y se pondrá esta mascarilla sobre la boca y la nariz. En ese punto estará completamente preparado para la sala de operaciones y podrá unirse a su esposa en la sala de partos.