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Falena
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Después de mi cita con Shane, las cosas para él se volvieron realmente ocupadas. Lo llevaban a Francia para entrenar con su Luna, la nueva Reina de cambiaformas, y por supuesto su Alfa, el nuevo Rey. Era bastante incómodo pensar que estaba emparejada con un hombre tan importante. Quiero decir, era uno de los guardias personales de la Reina. Eso era algo importante.
—¿Podría realmente manejar una vida así? ¿Que él sea llevado así de repente? —Me dolió que no fuera a estar aquí conmigo. Fue difícil decirle adiós por una cantidad desconocida de tiempo.
No quería estar sin Shane. Quería tenerlo conmigo. No habíamos pasado mucho tiempo juntos, no lo suficiente como para sentirme así. Aún así, sabía que ya estaba perdidamente enamorada de él. Él era el compañero que el destino eligió para mí. Nos llevábamos perfectamente. Y era un maldito dios en lo que al sexo se refería. No podía imaginarme jamás con alguien más.
