Oliver Walker lanzaba espada tras espada como si no necesitara descansar en lo absoluto.
El polvo se arremolinaba alrededor de la Bestia Tigre Espada.
La Energía Espiritual se reunía, brillando intensamente como si hubiera descendido una niebla.
Aunque la Bestia Tigre Espada no estaba en peligro de perder la vida por el momento, el intenso dolor que torturaba su cuerpo estaba martirizando implacablemente sus nervios.
Ambos lados estaban esperando.
—¡Esperando a que el otro cediera!
Oliver Walker tenía que admitir, la resistencia de la Bestia Tigre Espada no se podía describir solo como dura de piel... ¡era como un caparazón más duro que el de una tortuga!
Pero no se desanimó; en sus ojos, había sólo determinación resuelta.
Al mismo tiempo, en una pequeña ciudad.
—¡Ha ocurrido un desastre! —gritaba un joven vestido con túnica verde.
—¡Rápido... notifiquen a los ancianos! —continuaba otro.
—¡El anciano Fang ha sido atacado!