—Ugh, ugh, ugh...
Mientras el avión de combate surcaba el cielo, la gente abajo observaba con anticipación; después de todo, habían aprendido sobre la existencia de los demonios zorro a través de transmisiones en vivo.
—Zumbido, zumbido, zumbido...
Una tras otra, vehículos blindados y tanques recorrían la autopista, ¡con todos los otros coches apartándose rápidamente para dar paso!
¡Sabían que la Guardia Nacional iba a exterminar a los demonios zorro, para proteger su seguridad!
En sus ojos, sólo se veía admiración.
¡Donde había peligro, estaba la Guardia Nacional!
Quizás las personas comunes de la pirámide se asustarían al ver armas y cañones, pero no cuando veían a la Guardia Nacional sosteniendo esas armas; en cambio, sentían una inexplicable sensación de cercanía.
¡Ese era el vínculo entre el ejército y el pueblo!
¡Las armas en manos de la Guardia Nacional nunca estaban destinadas a ser usadas contra la gente de la pirámide, sino para protegerlos!
—¡Comandante!
