Como Comandante de la Guardia, George Lee era plenamente consciente del poder de combate de sus tropas de élite.
Sabía que sus hermanos no tenían miedo a morir, pero después de encontrarse con los formidables guerreros antiguos, comprendió algo: la gente ordinaria no era rival para los artistas marciales antiguos, ¡y no se trataba de miedo a la muerte, sino que simplemente eran incapaces de vencerlos!
¿Cuánto tiempo había estado en la División del Dragón?
Ahora, él era un verdadero Maestro Marcial, con una comprensión más profunda de sus habilidades.
Especialmente los cien hombres que habían ingresado en la División del Dragón con él, todos los cuales habían aumentado mucho su fuerza.
A pesar de que eran la élite de los Guardias Imperiales, capaces de enfrentarse cada uno a tres oponentes con facilidad, después de someterse al entrenamiento especial de la División del Dragón, no tenía dudas de que ahora uno de ellos podría enfrentarse en solitario a veinte.
—¡No, esto está mal!