—Yo... —Emilia dudaba antes de reunir el coraje para abrir ligeramente sus labios rojos y preguntar—. ¿Te enamorarás de otra mujer?
—¡Siento que no soy de ayuda en absoluto; solo soy un jarrón!
—¡No sé nada!
Estaba muy asustada de que llegara el día y añadió—. ¡Y eres tan sobresaliente, ninguna chica podría resistir tu ternura, tu dominio!
—Yo... —había perdido la confianza en sí misma.
¡El hombre frente a ella ya no era aquel que necesitaba su protección!
¡Tampoco era ya el chico pobre!
Ambos eran tan ordinarios, viviendo juntos sin ninguna gran presión.
Pero ahora... —¡Su presión era inmensa!
¡Los ansiosos ojos de ella jamás dejaron el rostro resuelto de su marido ni un momento!
¡Porque no soportaba dejarlo ir!
—Wuu... —Pero en el siguiente momento, ¡Oliver Walker cubrió con sus manos los labios rojos de su esposa y la besó!
Sorprendida por su presencia dominante, Emilia luchó brevemente antes de entregarse completamente al beso romántico y húmedo.