—¡Lo haremos! —En ese momento, una voz firme resonó en la tumba—. ¡Lo haremos!
—¡Señor! —George Lee, Zooey y los soldados que vinieron a despedir a sus hermanos saludaron.
—Habrá tal día —prosiguió Oliver Walker con firmeza—. Si nuestros hermanos aún están siendo sacrificados, significa que no somos lo suficientemente fuertes.
—Hagamos una promesa aquí —su tono era sonoro y enérgico y sus ojos brillaban con determinación—. Cuando estemos viejos y débiles, cuando el país prospere, volveremos a Indiana y consolaremos a todos los hermanos que han luchado codo a codo. Hemos cumplido su voluntad.
—¡Así es! Habrá tal día.
¿No sangraron y se sacrificaron para que la próxima generación no tuviera que sangrar y sacrificarse?
—¡Sí! —George Lee y Zooey asintieron al mismo tiempo.
Los ojos de los soldados que lo seguían estaban llenos de anticipación.
