—¡La noche estaba muy tranquila! —describió el narrador.
—¡El complejo de la villa Thomas estaba brillantemente iluminado! —describió él.
—Señor Walker, ¿está herido? —preguntó Luna.
Cuando Luna Thomas vio a Oliver Walker, cubierto de heridas, no pudo ocultar su emoción y nerviosismo. Las lágrimas no dejaban de fluir. ¡Ella había estado esperando! ¡Siempre había estado preocupada por este hombre! Aunque ella no participó en la batalla, ella…
Cuando supo que la persona que amaba estaba en una lucha de vida o muerte, pero ella no podía ayudar en absoluto, uno puede imaginar cuán decepcionada se sentía. Afortunadamente, este hombre volvió vivo.
—Estoy bien. Descansa temprano —dijo Oliver.
Los pensamientos de Oliver Walker estaban en un lío. Junto con sus viejas y nuevas heridas, no tenía energía para hablar con nadie. Después de volver al dormitorio, Oliver Walker ni siquiera tenía fuerzas para ducharse. Se quedó dormido en la cama casi instantáneamente.