Por supuesto, querían la Corporación Thomas de la Ciudad del Océano. Por lo tanto, quería obtener acciones por cualquier medio como una nueva tapadera para su identidad.
—¡Jajaja...! —Mark Thomas se rió—. Si entrego mis acciones, ¿podré salir de aquí?
Eso es correcto. La única razón por la que estaba vivo ahora era a causa de las acciones en sus manos. También había manipulado algo en las acciones. Incluso si les obligaba a firmar, no funcionaría.
Eran guardadas en la bóveda del banco, sin la contraseña, ni él mismo podía tocar las acciones en sus manos. Esta era también la principal razón por la que había podido sobrevivir hasta ahora.
—¿Por qué molestarse? —Gary Stevens negó con la cabeza y dijo seriamente—, De lo contrario, como viejo amigo, no soportaré verte recibir palizas todos los días.
Antes de esto, no esperaba que Mark Thomas fuera tan duro.
