"¡Ya voy!"
Cuando los pensamientos malvados en su corazón se volvieron cada vez más fuertes, Justin Thomas no pudo evitar acelerar su paso. Cuando entró en la villa central del maestro, sintió la sangre en su cuerpo hervir.
—Señor, ¡buenos días!
Los guardaespaldas en la puerta lo saludaron uno tras otro.
Aunque Justin Thomas era solo el hijo adoptivo de la Compañía Thomas, y Richard Thomas estaba en el poder ahora, su estatus naturalmente aumentó.
—¡Mañana! Recuérdenlo, no importa lo que ocurra adentro, no dejen que nadie les moleste! Si lo hacen bien, no les trataré mal —les instruyó Justin Thomas y entró impacientemente después de terminar sus instrucciones.
Los guardaespaldas en la puerta también sabían claramente que no importaba lo que ocurriera dentro, no podrían molestarlos. El significado detrás de sus palabras se entendió fácilmente.
Todos sabían cuánto amaba Justin Thomas a Luna Thomas.