—El actual Freddy Martin ya no tenía ningún poder real.
—Oliver Walker murió en el mar de fuego —exclamó sin temor—. ¡No tenía miedo de nadie!
—Después de todo, por muy loco que estuviera Sean Martin, nunca mataría a su propia gente.
—Jadeo jadeo…
—Jack, algo grande... Malas noticias, Oliver Walker... ¡Aún no está muerto! Está viniendo. Nuestros hermanos no pueden detenerlo —exclamó con terror.
—En ese momento, un subordinado entró corriendo con una expresión aterrada.
—¿¡Qué?! —La cara de Jack palideció—. ¿¡Qué?! ¿Qué dijiste?
—¿¡Oliver Walker?!
—Su rostro estaba lleno de incredulidad, y sus palabras temblaban.
—¡Sí, señor!
—Es él... Jack, corre... ¡Vamos! Si no nos vamos ahora, será demasiado tarde —le aconsejo su subordinado, demostrando lealtad.
—Glup... —Jack tragó saliva—. Eso es imposible… Él... ¡Está claramente muerto! Yo... Lo vi morir en el mar de fuego con mis propios ojos.
—¡Exacto!