—¿Eh? ¡Hahahahahahah! —Jack Lee rió a carcajadas—. No soy lo suficientemente culpable para ser procesado. Como máximo, seré condenado a unos pocos años. ¿De qué hay que sentirse orgulloso?
—Pero tu esposa siempre estará involucrada en el escándalo y nunca podrá mantener la cabeza en alto —replicó él.
Sólo al pasar unos años en prisión, tendría más de diez millones en su banco de Arnold Frost. Éste era un dinero que nunca tendría aunque se matara a trabajar.
—¿Entonces cómo podría decir la verdad?
Además, estaba seguro de que Oliver Walker debía tener antecedentes militares para poder descubrir su información personal con tanta rapidez. De lo contrario, no habría soldados armados en todas las salidas.
—Además, los pocos coches que tenía delante llevaban placas militares —comentó él.
Por lo general, estas personas no solían hacer nada fuera de la ley.
Ya estaba mentalmente preparado para lo peor. ¡Lo peor que podría pasarle era la prisión!