Él había estado viviendo como un hombre tímido fuera de la sociedad.
Sin embargo, en casa, era porque él era el cabeza de la familia que tenía que disfrutar de la sensación de ser el jefe.
Tal mirada feroz hizo que Olivia Walker bajara la cabeza de nuevo. Sus dos pequeñas manos estaban fuertemente unidas.
Al ver esto, Emilia frunció el ceño y se levantó. —Tú...
¡Estaba enojada!
¡Este hombre la había enfurecido!
Aunque Isaac Davis era su padre, ¿cuándo había cumplido con sus deberes de padre?
Nunca había traído calidez a la familia. Todo lo que dejó detrás fue caos y trauma.
El corazón de Mary Green le dolía por su nieta. No pudo evitar regañar:
—¿Puedes bajar la voz?
—Olivia aún es una niña. ¿Sabes cuánto ha sufrido?
Con eso dicho, rápidamente se adelantó y tomó a su nieta en sus brazos. —Olivia, vámonos adentro.
No era que no quisiera ponerse del lado de Isaac Davis, pero si tenía que elegir, definitivamente se pararía firmemente del lado de su hija y yerno.
