—¿Por qué sigues tartamudeando aquí?!
La actitud de Alison Carter era muy inflexible. —Te dije que los echaras hace un rato. ¿Por qué estás actuando como si te diera pena ahora?
¡Lo hizo a propósito!
¡Era obvio que Alison Carter les estaba poniendo las cosas difíciles!
Una simple dependienta se atrevía a refutarla. ¿De verdad pensaba que a Alison Carter no le importaba su reputación?
—Señorita Carter, yo...
—Huhuhuhu.....
Mary lloró de miedo y se sintió agraviada.
Podía notar que Alison Carter lo había hecho a propósito, pero ¿qué podía hacer?
No se atrevía a decir ni una sola palabra.
Después de ver a la dependienta llorar, Alison Carter dijo con asco, —Tú también fuiste la joven señorita de Davis, así que deberías tener algo de dinero en tu cuenta bancaria, ¿verdad?
—¿No puede ser que no puedas pagar ni una sola prenda que cueste más de cien mil yuanes y, en cambio, le hagas la vida difícil a la vendedora, verdad?