Un rastro de duda brilló en los hermosos ojos de Emilia. Fue principalmente por las palabras de Oliver Walker que la hicieron sentir cálida en lo profundo, pero al mismo tiempo, parecía estar pensando si eran verdad o no. Entonces, Oliver Walker sacó su tarjeta bancaria y dijo sinceramente:
—Ha sido duro para ti en los últimos ocho años.
La mitad de todo lo que había obtenido sería de Emilia. No importaba si era su fortuna o su gloria. Si no fuera por su esposa que cortó todas sus preocupaciones en casa, ¿cómo podría haber sido capaz de matar enemigos, recuperarse de sus heridas y cultivar talentos pacíficamente todos estos años? Ese viejo dicho era cierto. Un hombre en su apogeo debe tener una mujer que lo apoye silenciosamente desde atrás.
Eran una pareja casada. No importa si era honor o desgracia, bueno o malo, tendrían que enfrentarlo juntos.
—Tú...
Emilia retrocedió inconscientemente y dijo con un ligero frunce el ceño:
—Tú... ¿Para qué es esto?