—¡Hermano!
—Yo... no voy a sobrevivir. ¿Te casarás conmigo en nuestra próxima vida?
—¡No dejaré que nadie te aleje de mi lado otra vez!
...
Esas fueron las palabras que ella pronunció mientras la vida se le escapaba, después de que el zorro demonio de Cuatro Colas la golpeara, una vez que supo que él ya estaba casado. Nunca pidió nada en esta vida.
Simplemente lo dio todo, con la esperanza de poder estar con él en la próxima vida.
¡Si hubo alguna audacia entre ellos durante su largo tiempo juntos, fue el beso que le dio mientras yacía moribunda!
¡Ese beso encarnó su amor por esta vida y también la promesa para la siguiente!
—¡Pequeña!
—¡Si hay una próxima vida, no te fallaré!
Oliver Walker se ahogaba en lágrimas que caían sobre la ropa de la chica, pero ella era solo una Bella Durmiente fría.
¡Sin aliento!
¡Sin latidos del corazón!
¡Sin pensamientos!
¡Y sin recuerdos!
