—Grayson Smith, al escuchar la orden, no se atrevió a resistir, pues sabía muy bien que desafiar la orden significaba que la marca implantada en su cerebro explotaría, con consecuencias demasiado horribles para imaginar.
—¡No quería morir!
—¡Definitivamente no quería morir!
—¡Cientos de jóvenes robustos tenían la boca sellada con cinta y el cuerpo atado, encarcelados en el patio trasero!
—Mmmphhh...
—¡Sus ojos estaban llenos de pánico!
—¿Quiénes eran sus padres?
—¿Quiénes eran sus esposos?
—¿Quiénes eran sus hijos?
—Solo habían sido trabajadores laboriosos, ganándose el salario; ¿por qué habían sido secuestrados al distrito de villas de la Corporación Scooper?
—Este lugar había sido una vez su paraíso soñado.
—Después de todo, poder mudarse simbolizaba una vida sin preocupaciones por la ropa y la comida, sin necesidad de cargar tubos de acero en fríos sitios de construcción o verter concreto.