Cuando Isaac Jones llegó con más de cien guardaespaldas, haciendo una entrada triunfal en el hotel de Alabama, nadie se atrevió a detenerlos, sabiendo que este grupo de guardaespaldas eran todos unos diablos despiadados.
Lo más importante era que todas estas personas eran de la Corporación Scooper, ¿quién se atrevería a decir una palabra de más?
—¿Han visto a estas dos personas? —Isaac Jones estampó las fotos de Oliver Walker y Grace Floss directamente en el mostrador de recepción, ¡un aura de intención asesina brotaba a raudales!
—En... en la suite presidencial... —La recepcionista temblaba, su aspecto lastimoso provocaba la risa del grupo de guardaespaldas.
—Nena, ¡eres bastante guapa!
—Una vez que el jefe termine con su negocio, me encargaré de ti.
—Jajaja...
La mano de Isaac Jones, lejos de comportarse bien, deambuló por el cuerpo de la recepcionista un rato antes de liderar al grupo hacia el elevador en tandas, yendo directo a la suite presidencial.