Primero llegó una frescura y dulzura como la de un arroyo, que, cuando la Energía Espiritual de la Hierba de Acumulación Espiritual fluía a través de los meridianos de todo el cuerpo...
¡Era como el calor de la roca volcánica!
Sin embargo, ese calor no traía ninguna incomodidad al cuerpo; al contrario, era bastante agradable.
Gradualmente, la Energía Espiritual comenzó a converger en los órganos vitales ya devastados.
Los órganos, plagados de agujeros, comenzaron a sanarse a sí mismos a una tasa visible con el potenciador de la Energía Espiritual.
Oliver Walker no era ajeno a que refinar la Hierba de Acumulación Espiritual en un Elixir aumentaría sus efectos por lo menos en diez veces, y además aumentaría el poder de combate además de sanar los órganos.
Incluso podría posiblemente llevar a un avance hacia el Reino del Gran Maestro, pero...
No tenía tanto tiempo y tenía que dilapidar semejante recurso celestial.