Mientras tanto, Daniel, escondido bajo tierra, no se atrevía ni a respirar muy fuerte, pues todavía podía escuchar los ruidosos pasos arriba, y no había duda de que lo estaban buscando.
Miraba la Hierba de Acumulación Espiritual en sus brazos, sintiendo un millón de impulsos de consumirla, pero al final, la razón triunfó sobre el deseo.
Después de todo, incluso si consumiera la Hierba de Acumulación Espiritual, un debilucho como él no tendría ninguna oportunidad contra personas de un nivel superior, como Jessica Wright o Vivian Li.
Además, no importaba cuán bien pudiera ocultar su presencia, el ganador final, en la búsqueda de un tesoro tan raro y exótico como la Hierba de Acumulación Espiritual, seguramente cavaría tres pies en la tierra para encontrarlo si fuera necesario.
Y todo lo que podía hacer era rezar para que el primero en encontrarlo fuera Oliver Walker.
En las orillas de Qinghe...