—¿Podría ser que el asesino nunca subió al avión desde un principio? ¿Está planeando atacarnos después de aterrizar? —Connor lo contemplaba en su mente.
En ese momento, había llegado a su asiento.
Instintivamente, se hizo a un lado para dejar pasar a Aida.
Sin embargo, en esa fracción de segundo, sintió que una poderosa aura estallaba dentro de la cabina.
Rápidamente giró la cabeza para echar un vistazo.
El hombre de mediana edad se levantó directamente.
Esta vez, estaba absolutamente seguro de que el hombre de mediana edad era el asesino.
El hombre no tomó acción, sino que sacó una pistola y la apuntó directamente a Aida.
—¡Tírate al suelo! —gritó Connor al ver el arma, y luego empujó fuertemente a Aida.
—¡Ah!
—¡Bang!
Inmediatamente después, resonó un disparo.
Como todo había sucedido tan repentinamente, Connor no tuvo oportunidad de manipular la trayectoria de la bala con su aura.
