—Está bien. Conseguiré que Baby Shakes y Baby Don se encarguen de esta mujer esta noche —dijo Zaki con ligereza.
—Señor Serrano, ¿a qué se refiere con eso? ¿No planea hacerlo usted mismo? ¿Pueden ellos dos hacerlo? —preguntó Cielo con el ceño fruncido.
—Todavía no he llegado a Yarlford. Solo llegaré a las diez mañana por la mañana. Entonces, si tienes prisa por actuar esta noche, ¡tendré que hacer que ellos se muevan primero! —dijo Zaki despacio.
—Pero me preocupa que ellos... —dijo Cielo impotente.
—No te preocupes. Ya les he informado a los dos. Además, los dos ya han preparado drogas para noquear de antemano. Cuando llegue el momento, primero noquearán a esa mujer y a ese hombre antes de matar a esa mujer. Por lo tanto, no debería haber ningún problema... —dijo Zaki con confianza.
—¿Droga para noquear? —Cielo se quedó atónito al escuchar eso.