No tardaron mucho Connor y Queta en completar los procedimientos.
De ahora en adelante, esta tierra les pertenece.
Queta se sentía como en un sueño. Inicialmente, había hablado con Connor con la esperanza de asegurar esta tierra, pero no esperaba que él realmente lo lograra.
—Señor Connor, con esta tierra, en menos de dos años, Strombound Bienes Raíces podrá establecerse como una empresa de bienes raíces de primer nivel en Yarlford —exclamó ella.
—Dos años es demasiado lento. Te puedo dar como máximo un año y medio para alcanzar este objetivo. Por supuesto, no tienes que preocuparte por los fondos. Si necesitas dinero, solo habla con Thomas —respondió él casualmente.
—¡De acuerdo, haré mi mejor esfuerzo! —Asintió ligeramente.
—¿Eres el Presidente de Strombound Bienes Raíces? —En ese momento, una voz nítida sonó.
Connor se sorprendió por esta pregunta, y lentamente levantó la vista para encontrar a Charisa de pie frente a él.
