—¿Por qué eres tan desagradable? ¿Cuántas veces te he dicho que es imposible que volvamos a estar juntos? Aparta de mi camino... —Después de decir eso, Vanessa se dio la vuelta y quiso irse.
—Vanessa, te lo suplico. Por favor, dame otra oportunidad. ¿Puedes perdonarme? —Tyler agarró a Vanessa y exclamó.
Vanessa miró a Tyler, sus ojos llenos de impotencia. En este momento, se quedó sin palabras.
—Tyler, no quiero complicarte las cosas ya que nos conocemos. Pero más te vale que me sueltes. De lo contrario, ¡no me contendré más! —Vanessa no estaba bromeando. Después de todo, ella era la gerente general de este casino.
Ahora, con solo que Vanessa lo dijera, los guardias de seguridad del casino vendrían en su ayuda.
Sin embargo, Vanessa sentía que este era un asunto privado y que no tenía nada que ver con el casino. Para no molestar a otros invitados, no haría esto a menos que fuera absolutamente necesario.
—Vanessa, si no me perdonas hoy, ¡no me iré! —Tyler gritó.