—Si lograra encontrar esta habitación secreta, ¿cómo podría entrar? —preguntó Connor mirando a Kingston.
—No estoy muy seguro de eso, ¡ya que nunca he visto esta habitación secreta y nunca he estado dentro! —respondió Kingston sacudiendo la cabeza.
Al escuchar sus palabras, la expresión de Connor parecía algo indefensa.
En primer lugar, encontrar la habitación secreta era increíblemente difícil para Connor. Incluso si lograba localizarla, entrar en la habitación probablemente requeriría una contraseña, huella dactilar o incluso una forma más avanzada de autenticación biométrica como el escaneo del iris.
Esos eran todos los desafíos que necesitaba superar.
—Connor, tal vez deberíamos renunciar a esto. Es muy poco probable que puedas acceder a la habitación secreta en la mansión de la familia Collier. ¡Podemos encontrar otra manera de obtener el disco duro! —dijo Rachel dudando un momento antes de dirigirse suavemente a Connor.