Quinton escuchó las palabras de Connor y no pudo evitar sonreír, pero no se enojó.
Lanzó una mirada inexpresiva a Connor y dijo juguetonamente —Está bien, nombra tu precio. No importa cuánto sea, puedo satisfacerte, siempre y cuando colabores con Yvette y grabes el programa honestamente.
Quinton, un heredero adinerado, tenía un estilo de hablar y hacer las cosas muy arrogante y autoritario. Él creía que mientras gastase algo de dinero, podía resolver este asunto y ganarse el favor de Yvette matando dos pájaros de un tiro.
—¿Cualquier cantidad puede satisfacerme? —Connor sonrió impotente, miró a Quinton de arriba abajo y preguntó suavemente—. ¿Crees que realmente eres rico?
—Si tengo dinero o no, no es asunto tuyo. Solo sabes que puedo cumplir con tus demandas —Quinton dijo con arrogancia.
Connor suspiró impotente, negó con la cabeza y dijo —Recuerda, en este mundo, el dinero no lo resuelve todo, especialmente tu pequeña riqueza no significa nada para mí.