Al escuchar las palabras de Connor, Vanessa parecía preocupada por cómo él hacía las cosas.
Por eso, le susurró a Connor:
—Señor McDonald, podría estar tomando un gran riesgo al hacer esto. ¿Está seguro de que quiere hacerlo?
—¡Estoy seguro! —Connor la miró y asintió ligeramente.
Vanessa sabía que ahora Connor era el jefe de este club, así que no importaba la decisión que tomara, ella no podía oponerse. Incluso si no estaba de acuerdo con su decisión, no tenía más remedio que asentir con impotencia.
—Oh, Vanessa, ¿hay algún miembro de los Rockefeller en nuestro club? ¿O alguien relacionado con los Rockefeller? —Connor dudó un momento antes de preguntarle a Vanessa.
Vanessa lo miró y negó con la cabeza, luego dijo en voz baja:
—Señor McDonald, la gente de los Rockefeller es muy cuidadosa. Es imposible que se conviertan en miembros de nuestro club. Además, bajo circunstancias normales, la gente de los Rockefeller raramente hace apariciones por su propia voluntad...
