Connor y Priscilla nunca esperaron que, al ver a Freya de nuevo, sería en una escena como esta.
Freya los miraba con unos ojos que los hacían sentir como extraños.
—¡Connor ahora comenzaba a dudar si había encontrado a la persona equivocada!
—¡La mujer que estaba frente a él podría simplemente tener el mismo nombre y un aspecto similar al de Freya!
Pero le resultaba difícil creer que tal coincidencia pudiera ocurrir; ¡las probabilidades eran demasiado bajas!
—¿Cómo se podía explicar la expresión en los ojos de Freya hacia ellos?
Si ella estuviera fingiendo no reconocerlos, sus ojos no serían así. Tales ojos no podían ser falsos.
Además, él podía sentir un cambio significativo en su comportamiento en comparación con antes.
—¿Nos conocemos? —preguntó ella con calma a Connor.
—¿No me reconoces? —preguntó él.
—No te reconozco... —Ella sacudió la cabeza confundida.