Connor miró a Yarrow y Yucca con impotencia.
Connor sentía que era muy desconcertante escuchar lo que Yarrow decía.
Yarrow había llamado a Connor su maestro. ¿En qué época estábamos? ¿Cómo podía seguir existiendo tal cosa como un maestro y un sirviente?
Aunque Yarrow y Yucca eran muy hermosas, Connor no tenía aficiones especiales. Es más, solo había conocido a estas dos mujeres dos veces.
Connor sentía que ni siquiera conocía a Yarrow y Yucca.
Pero ahora, Yarrow y Yucca estaban diciendo que Connor era su maestro. ¿Cómo no iba a sentirse incómodo Connor?
Si un hombre normal se encontrara con dos mujeres hermosas hablando así, estaría muy feliz.
Sin embargo, Connor no era un tonto. Sabía que estas dos mujeres tenían algún motivo oculto para contactarlo.
—Dime la verdad. ¿Cuál es vuestro propósito al venir a la Universidad de Porthampton? —preguntó Connor a Yarrow con el ceño fruncido después de dudar.