—Ya que hablas conmigo como padre de Sabrina, debería llamarte Tío Charles.
—Entonces, Tío Charles, creo que me has malinterpretado… —Connor le susurró a Charles—. No tienes que decírmelo ahora. Dime, ¿por qué te acercaste a mi hija deliberadamente?
—No tengo motivos ocultos. No pretendía acercarme a tu hija. Antes de recibir esta herencia, efectivamente era un pobre estudiante —Charles gritó con enfado—. No mucha gente sabe de esta herencia, por lo que no es raro que no conozcan mi identidad. No quiero que demasiada gente conozca mi identidad porque eso afectaría mi vida normal.
—Entonces, ¿qué pasa entre tú y mi hija? —Connor dijo lentamente.
—Sabrina y yo solo somos amigos ordinarios. Nos conocemos hace menos de medio mes. Además, ya tengo una prometida. La condición para que reciba esta herencia es que esté con mi prometida, por lo que no voy a tener pensamientos hacia otras mujeres... —Charles se calmó un poco y preguntó a Connor en voz baja.