Al día siguiente, a las 8 de la mañana.
Connor, que aún estaba en medio de sus sueños, fue repentinamente despertado por el sonido de su teléfono sonando.
Frotándose los ojos soñolientos, cogió el teléfono y contestó la llamada.
—¡Señor Connor, hola!
La voz de Birdie se escuchó a través del teléfono.
Al escuchar su voz seductora, se despertó de inmediato y preguntó con rapidez:
—Señorita Birdie, ¿tiene alguna noticia de allá?
—¡Así es!
Birdie respondió con desenfado.
La expresión de Connor pareció aún más emocionada al escuchar la respuesta de Birdie. Continuó preguntando:
—Entonces, ¿mi prometida fue secuestrada por la gente de Rockefeller?
—No, la situación de su prometida no tiene nada que ver con Rockefeller.
Birdie respondió directamente.
—¿Nada en absoluto?
Después de escuchar la respuesta de Birdie, la expresión de Connor parecía algo extraña.
En este momento, él no sabía si debería estar contento o triste.