—¿Carlos?
Al oír las palabras de Harold, el joven se quedó congelado en su sitio, su expresión llena de impacto.
—No estás bromeando conmigo, ¿verdad? Estás hablando de Carlos de Porthampton —tartamudeó.
—¡Así es, es el mismo Carlos que luchó con Thomas hasta la muerte! ¿Tienes el valor de perseguirla? —Harold giró la cabeza y miró al joven, preguntándole con tono burlón.
—Eh... creo que tal vez no esté a su altura. Probablemente tú seas el único que puede igualarla. Será mejor que me rinda... —El joven parpadeó ante Harold, luego sonrió torpemente y dijo.
—Jeje... —Harold soltó una risita ligera sin decir mucho.
—Entonces, el que está al lado de Sabrina es tu rival, ¿verdad? —Después de dudar un momento, el joven le preguntó a Harold en voz baja.
—¡Exactamente! —Asintió sin vacilar.
—Eh, no esperaba que este tipo tuviera agallas. Se atreve a arrebatarte una mujer. ¿Quién es? —El joven preguntó con cautela.