—¿Dices que soy demasiado débil y que no puedes aceptarme como tu discípulo?
Después de escuchar las palabras del anciano, Connor se sintió muy decepcionado.
—Así es. Tu aptitud es demasiado pobre. No quiero arruinar mi reputación... —El anciano miró a Connor y dijo con calma.
—No, ¿a qué te refieres? ¿Por qué mi aptitud es mala? —Connor preguntó al anciano, molesto.
Connor había estado trabajando fuera desde que era joven, y su condición física era bastante buena comparada con la de sus compañeros de la misma edad.
En este momento, las palabras del anciano hicieron que Connor se sintiera muy mal.
—He dicho que eres demasiado débil, y tu aptitud es ciertamente pobre. No entenderías algunas cosas aunque te las explicara... —El anciano echó un vistazo a Connor y dijo sin expresión. Después de que Connor escuchó las palabras del anciano, su expresión se torció aún más.
Se volvió hacia Thomas y preguntó, —Thomas, ¿qué está tratando de decir?