Cuando Yana y Lena escucharon las palabras de Henrick, estaban confundidas.
Ninguna de las dos había esperado que Henrick llegara tan lejos.
En ese momento, los hombres de Hubert ya habían llegado, pero Henrick seguía sin querer dejar ir a Connor y Carlos.
Yana llamó a Hubert no por sus propios asuntos, sino porque quería salvar a Connor.
Sin embargo, si ahora no podía salvar a Connor, ¿no habría sido en vano su llamada?
—Yana, Connor y Carlos ofendieron a Kevin Stewart por nosotras. No podemos quedarnos de brazos cruzados y verlos morir, ¿verdad? —Lena exclamó con ansiedad.
Mientras tanto, Yana se volvió para mirar al joven de cabello amarillo que Hubert Jordan había pedido que viniera, como si quisiera pedirle ayuda.
El chico de cabello amarillo no era tan fuerte como Henrick. Además, esta vez lo llamó el secretario de Hubert, así que no tenía mucha confianza.
Cuando vio que Henrick dejaba ir a Yana y Lena, suspiró aliviado.