—Sr. McDonald, ¿realmente va a darle el dinero a esta mujer? —Después de salir del restaurante, Miguel le preguntó a Connor con un tono desconcertado.
—¿Crees que le di una suma de dinero o una bomba de tiempo? —Connor respondió indiferente.
—¿Bomba de tiempo? —Cuando Miguel escuchó esto, no pudo evitar estar desconcertado por un momento. Luego, apareció un rastro de duda en su rostro.
—¿Sabes cómo destruir a una persona en el menor tiempo posible? —Connor giró la cabeza y le preguntó a Miguel.
—No lo sé… —Miguel sacudió ligeramente la cabeza.
—La forma más simple es darle un golpe de suerte para que lo despilfarre. Este dinero no puede ser demasiado ni muy poco. ¡Creo que cinco millones es justo! —Connor respondió indiferentemente.
—Entiendo lo que quiere decir, Sr. McDonald. —Miguel entendió y sonrió.
—Muy bien, llévame a Cosméticos Freya. —Connor susurró a Miguel.
—¡De acuerdo! —Miguel asintió y llevó a Connor a Cosméticos Freya.