De hecho, Connor todavía estaba un poco sorprendido. La razón era muy simple. Sabía que la gente que podía asistir a la reunión de clase esta vez eran personas ordinarias.
Sin embargo, no esperaba que la reunión de clase se celebrara en un hotel tan lujoso.
Según lo que recordaba, si quería comer en un hotel de este nivel, costaría al menos decenas de miles de dólares.
Esa suma de dinero era muy extravagante para la gente común, pero si había más personas asistiendo a la reunión de clase, todavía era aceptable distribuirlo equitativamente.
No obstante, Connor sentía que, en circunstancias normales, era imposible que una reunión de clase tuviera un sistema holandés. Esto se debía a que a menudo había personas que lucharían por pagar la cuenta para mostrar que les iba mejor que a los demás.
Connor entró al hotel.
El guardia de seguridad en la entrada del hotel extendió la mano y detuvo a Connor. Luego, le susurró a Connor —Señor, por favor muéstreme su tarjeta de membresía....