—Señor Sackmann, ¿se niega a hacerlo? —preguntó Connor con una sonrisa.
—¡Por supuesto! —gritó Jace sin pensar.
—Jaja... —Parecía que Connor había esperado que Jace no aceptara, así que continuó—. No importa si te niegas a hacerlo. ¡Puedo darte una segunda opción!
—¿Qué opción? —preguntó Jace a Connor.
—Es muy simple. ¡Todo lo que tienes que hacer es darme un poco de dinero! —dijo Connor ligeramente.
—¿Dinero? —Cuando todos oyeron las palabras de Connor, parecían algo desconcertados.
Porque todos sentían que a personas como Connor no les faltaba dinero, así que era extraño que él le pidiera dinero a Jace.
—Entonces, ¿quieres dinero de mí? —Jace miró a Connor y sonrió. Después de todo, en sus ojos, mientras se pudiera solucionar con dinero, no era un problema.
—Connor, ¿cuánto quieres? ¡Dime! —preguntó Jace a Connor con confianza.
Connor dudó por un momento, luego extendió lentamente cinco dedos.