—¿Qué? ¿Ese Señor McDonald de Davenport es en realidad el último discípulo del líder de la Secta de la Nube Púrpura? —Sin poder creer lo que había escuchado, alguien intervino.
—No puede ser, ¿verdad? Si ese es el caso, ¡el background de Connor es demasiado aterrador! Escuché que la Secta de la Nube Púrpura es una secta famosa en el mundo de las artes marciales antiguas... —La incredulidad se reflejaba en las miradas de quienes estaban presentes.
—Así es. Pensé que Connor era solo un heredero de segunda generación rico, ignorante e incompetente. ¡No esperaba que tuviera un background tan aterrador! —Las palabras brotaban de los labios con asombro.
—Si no fuera por su aterradora procedencia, ¿cómo hubiera permitido la familia Washington que las cosas se quedaran así? —exclamó otro con tono de reflexión.
—Parece que tenemos que tener cuidado en el futuro. ¡No provoquen a Connor! —La advertencia estaba clara y se extendía entre los susurros.