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La atención de todos estaba centrada en Freya. Con solo que ella asintiera, era muy probable que toda la estructura de Oprana cambiara.
—Lo siento —dijo ella con calma—, no me gusta esta persona.
Sin embargo, Freya lo rechazó de nuevo.
—¿Has pensado bien esto? —preguntó Andrés con el ceño fruncido.
Freya iba a hablar, pero en ese momento, Connor se acercó a ella y dijo a Andrés:
—¿No has escuchado lo que mi prometida acaba de decir? ¿Quién se cree que es este nieto tuyo? No merece estar con ella en absoluto. Será mejor que no te avergüences aquí...
Después de escuchar las palabras de Connor, la expresión en la cara de Andrés parecía un poco incómoda, y la sonrisa en sus labios se congeló al instante.
Andrés nunca había pensado que Connor sería tan arrogante. No dejó margen en sus palabras e ignoró completamente su estatus.
Había que saber que, durante tantos años, nadie se había atrevido a hablarle a Andrés en ese tono.
