Al día siguiente, a las ocho en punto de la mañana.
Connor fue una vez más a las villas de la familia Malone. Luego, como de costumbre, encontró su propio puesto y comenzó a instalarlo.
Hoy era el último día de la Reunión de Artistas Marciales. Esperaba poder recolectar las últimas tres hierbas medicinales.
Y esos artistas marciales en la sala básicamente ya conocían la identidad de Connor. Por lo tanto, aunque no tuvieran lo que él necesitaba, igual se acercaban a saludarlo muy cortésmente, a lo que Connor respondía de igual manera.
Connor acababa de sentarse por menos de media hora cuando una mujer se acercó a él.
—Señor McDonald, ¿cree que este es el hongo reishi de llama milenario que usted necesita? —dijo una voz extremadamente fría en los oídos de Connor.
Tras escuchar esta voz, Connor levantó lentamente la mirada y descubrió que la persona que estaba frente a él no era otra que Temira del Valle de la Flor Celestial.