—¿Realmente quieres que me arrodille frente a la sala hasta que Jerico despierte?
—¿Estás loco? ¿Crees que puedes hacer lo que quieras solo porque eres el Señor McDonald? —Nadine gritó enfadada después de escuchar las palabras de Connor.
—Lo siento, pero puedo hacer lo que quiera —Connor respondió de manera dominante.
—¿Por qué debería arrodillarme allí? —Nadine gritó, algo poco convencida.
—Eres la esposa de Jerico. No debería ser extraño que te arrodilles allí y reces por Jerico ahora —Connor dijo con ligereza.
—¡No lo haré! —Nadine no podía aceptar tal insulto, así que gritó con los ojos bien abiertos.
—Está bien, ya que no lo harás, entonces te queda la semana original que tenías —Connor sonrió con indiferencia y dijo.
—Señor McDonald, usted... —Henson abrió la boca, queriendo decir algo.