—No eres el único protector de la luna —Zale también le recordó su estado. En este caso, Zale y Lou estaban al mismo nivel, lo cual era lo que más odiaba el comerciante.
Sin embargo, no lograron notar lo extraño de la situación.
Incluso cuando Iris salió del carruaje, Hanna y Amee, que se quedaron con ella dentro del carruaje, no la detuvieron para que saliera, sabiendo que la situación podría ser peligrosa para su luna embarazada y lo más importante, parecían no importarles en absoluto.
Mientras tanto, los cinco guerreros de Iris tampoco la detuvieron, ni siquiera la acompañaron. Parecían normales, como si no estuviera ocurriendo nada. Como si no vieran a Iris.