—¿Quién eres tú para exigir su presencia? —Iris entrecerró sus ojos hacia él. Parecía molesta, por decir lo menos.
Por otro lado, Ethan, que estaba a punto de abrir la boca para recordarle a Vicente su lugar, se detuvo y sonrió. No deberías jugar con una mujer embarazada.
Mientras tanto, Vicente solo pudo tragarse sus quejas. Su posición actual no le permitía decir algo desagradable hacia esta mujer frente a él.
—¿Qué tipo de cosa quieres que haga? —Vicente finalmente preguntó. Él no trabajaba para una mujer, pero la situación era diferente ahora.
Iris agarró la mano de Ethan cuando el gamma estaba a punto de hacer un comentario sarcástico. Su estado de ánimo ya estaba arruinado, pero si dejaba que su actitud la molestara, esta discusión nunca comenzaría y había algo más importante que hacer ahora.
No estaba pidiendo a Caña que la dejara involucrarse solo para no hacer nada. Una vez más, inconscientemente quería demostrar que no era inútil.