"Celia desconocía todo sobre la condición de Haco, pero era lo suficientemente inteligente para percibir que algo no iba bien con él y la forma en que olvidaba las cosas la aterrorizaba.
Se acercaron solo hace poco, desde que Haco estuvo allí cuando perdió a su hermano, la única familia que tenía.
Por lo tanto, la idea de perder al anciano atemorizaba bastante a Celia. Podía sentirlo en su corazón, especialmente cuando Haco iba a ir con la comitiva del alfa a la manada Río Plateado pronto.
Mientras, Ania se sentía triste porque vio a Celia llorar. Solía jugar con ella, por lo que verla derramar lágrimas, la hizo sentir muy mal.
—Está bien… todo va a estar bien… —Iris trató de calmar a las dos niñas, que se aferraban a ella. Recogió a Ania de entre sus piernas y besó la frente de Celia.
Iris pasó su brazo por el hombro de Celia y esta última apoyó su cabeza en su pecho, caminaron hacia el jardín, mientras el resto de la pequeña comitiva de Iris las seguía desde atrás.