"Una vez que Iris salió de la habitación, se podía ver lo oscuro que estaba el pasillo, y la única fuente de luz eran las velas que sostenían dos de los guerreros y la pálida luz de la luna en el cielo oscuro.
Los dos guerreros no eran los siete guerreros que supuestamente debían estar con ella, los había visto un par de veces antes, pero Iris no dijo nada, no era un asunto importante en su mente en este momento.
Los dos guerreros entregaron una de las velas en su mano a Iris y a Caña, esta pequeña luz le recordaba la luz que creó para calmar el alma del guerrero caído cuando estaban en la montaña Goffa. Se sentía muy mal.
—Gracias —murmuró Iris—, mientras recibía la vela y Caña tomaba su mano, mientras él lideraba el camino.