—Ahí, otra pesadilla, con lo mismo que ocurría una y otra vez. Había estado reviviendo esta horrenda escena en tantas noches, donde podía sentir su repugnante mano sobre él y oír lo que ella le decía al oído. Su repugnante olor, su risa repelente, su voz nauseabunda… se repetían en su mente y no podía librarse de ello.
—Algún tiempo, se hicieron más fuertes.
—Will abrió repentinamente los ojos y atrapó una mano que intentaba tocarlo. Podía percibirlo, debido a su presencia, pudo despertarse de ese terrible momento en su cabeza.
—Estaba a punto de volverse violento contra quienquiera que fuese esta persona, que intentaba tocarlo, sin embargo, su fragancia le golpeó antes de que pudiera hacer algo dañino. Era un aroma familiar que le gustaba mucho.
—Will... —Hanna llamó su nombre, parecía sorprendida al ver la hostilidad en sus ojos, pero entonces sus labios se abrieron en una hermosa sonrisa—. Buenas tardes. Te has quedado dormido.