Iris pensó que estaría en otro recuerdo de la primera Serafim de nuevo, pero cuando vio a Eron, sabía que el largo sueño había terminado y con este conocimiento recién descubierto sobre el pasado, se sintió tan desanimada, ya que la tristeza y la impotencia de Na le afectaron profundamente.
Era tan loco pensar que la primera Serafim, alguien que debería haber protegido este reino de Decrático, era realmente la razón por la cual la criatura maligna podía ser revivida una vez más y traer el mismo caos como lo que ocurrió hace más de quinientos años.
La historia se repetiría una vez más.
—Luna, ¿estás bien? —Eron la ayudó a sentarse y esto devolvió a Iris a la realidad.
Se sintió como si todavía estuviera soñando, porque su sueño se sentía tan real y sabía qué tipo de consecuencias debía enfrentar Na debido a su decisión impulsiva. Su tristeza y anhelo por Lu eran tan claros, que fueron las emociones más puras que Iris jamás había sentido.